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Ayer vi «Stone»

El trailer de este filme mueve a engaño, le advierto. Cuando vi dicho trailer, pensé que éste era un filme policial, con Norton imitando a De Niro en «Cabo de Miedo» contra el mismísimo De Niro, la autorrecursividad hasta el infinito. No suena demasiado bueno (similar a la decepción que fue «Red Dragon«), pero es una gran mejoría si lo comparamos con «Meet the Fockers«. Pero este filme es mejor que eso:

Jack Marby es un oficial de libertad provisional: se entrevista con los presos, ellos le cuentan un cuento que a él no le interesa oir y él escribe su informe. Está a punto de retirarse, pero no tiene dónde ir: en su casa está su mujer, oprimida silenciosamente por Jack durante décadas, mirando el vacío y con miedo. Jack no quiere dejar de trabajar, así que atiende a su último preso: el hablador Gerald «Stone» Creeson, quien cumple condena por un robo con incendio que mató a sus propios abuelos. Stone es manipulador y Jack no es manipulable, hasta que aparece la mujer de Stone: Lucetta.

El oficial es interpretado por Robert De Niro, Stone es interpretado por Edward Norton y Lucetta es interpretada por Milla Jovovich. Incluso ella está excelente en este filme. Una forma de ver este filme es como una exhibición de grandes actores en estupendos papeles. Otra forma de verlo es sobre una historia de personas en crisis, y eso no es menor: aquí se le hace el quite a las soluciones fáciles, tan comunes en la marea de trivialidades que tenemos por cartelera cinematográfica.

No hay buenos y malos, para empezar. No hay grandes finales: nadie muere al final del filme y nos queda la certeza que tras los eventos que hemos visto les quedan largos años donde tendrán que reconciliarse consigo mismos, si es que alguna vez lo hacen. Y sobretodo, estamos viendo la historia de alguien que crece y aprende. Esto hace que considere a este filme en una categoría especial, diferente al engaño habitual de las grandes historias donde todo tiene sentido, el bien triunfa sobre el mal y el orden se restablece. Ningún filme es igual a la realidad, ya que estaríamos comparando peras con manzanas. Pero este filme se le parece bastante.

Los otros filmes de su director, John Curran, valen la pena también: The painted veil, We don’t live here anymore, Praise. Los traigo a colación porque en ellos vemos una continuidad temática, un desarrollo constante de la misma idea: quienes son los personajes que tenemos al frente, qué piensan, cómo sienten. Con la excepción del último filme que nombré al comienzo de este párrafo, en todos aparece el adulterio como crisis vital, donde las bases de la identidad personal se derrumban, dejando a los sujetos abandonados de si mismos. Me parece que es un enfoque profundamente humanista, sin crueldad ni condescendencia, pero sin engaños tampoco.

Roberto Suarez Perez

Acerca de Roberto Suarez

Vivo en La Habana actualmente

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